lunes, 14 de abril de 2014

Prueba de material: The North Face® FL Race Vest - Review

The North Face® FL Race-Vest© (Photo: ©www.thenorthface.co.uk)

¡¡¡Por fin llegó!!! Y por fin pude probarla. Quienes han leído hace poco este blog sabrán que hace unos meses escribí un post refiriéndome a la incomprensible tardanza por parte de la marca The North Face en sacar su nueva mochila para carreras por montaña. Pues bien, ya la han sacado, justo antes de la Transgrancanaria. Para ese entonces, yo ya me había gastado 140€ en la Salomon y no me podía permitir ni de lejos el comprarme la FL Race Vest.

Pero pasó la Trans y hace cosa de un mes, más o menos, pasé por Arista y me compré mi ansiada mochila. Por cierto, a un precio mucho más asequible que la Advanced Skin 12, cuesta 95€. 

En este tiempo ya he podido probarla y "estrenarla del todo" en una caída que, por cierto, no le supuso ningún daño a la mochila. Ni siquiera se ensució.

Al grano. La mochila supone para la marca americana un paso adelante en el diseño de mochilas y, todo hay que decirlo, también ha supuesto un "subirse al carro" de la moda y de los requerimientos de los corredores de ultras. Se ve a la legua en el diseño que nuestro amigo Sebastien Chaigneau ha tenido mucho que ver en su desarrollo. 

La mochila es cómoda. Comodísima. El peso queda arriba, sin cargar las lumbares. No llega al nivel de la Ultimate Direction SJ Ultra de Scott Jurek, pero es realmente confortable.

Vista general de la mochila (Photo: ©DanielQuintanaSantana)

Se puede decir sin errar que es una versión "de fábrica" de sus "tuneados" usando piezas de aquí y de allá, porque, como dice el dicho, lo que funciona ¿Por qué cambiarlo?. Aún así, es mejorable. Lo siento, pero es verdad. De hecho, considero que para correr un ultra de los largos (UTMB, Ehunmilak, Reunión) se me antoja un poco limitada. ¿Por qué digo esto? Bien, empecemos al detalle. 

Esta mochila quiere ser una versión light de la "Best-Seller" Salomon XA-Pro15, con la ligereza de la Raidlight Olmo 5.

La ligereza se nota sin cogerla, sólo con mirarla ya se ve que no va a pesar mucho. Las tiras de los hombros son huecas, de un tejido entrelazado que transpira muchísimo. De este mismo tejido está realizada toda la parte de atrás, la que toca con la espalda y, mucho ojo, deja ver el interior. No hay una capa de separación entre esa tela y el interior, por lo que, si sudamos mucho o si nos mojamos mucho, todo lo que haya en el interior de la mochila también se mojará. Por otra parte, si la bolsa de hidratación (NO INCLUIDA) tiene alguna fuga, nos daremos cuenta al instante. No hay mal que por bien no venga.
 
Tira del hombro (Photo: ©DanielQuintanaSantana)
Vista del interior (Photo: ©DanielQuintanaSantana)
El exterior está realizado con un tejido impermeable muy ligero, pero normalito (nada que ver con los modelos para los pro, que sí están realizados con tela de paracaídas), de hecho, es el mismo tejido con el que Quechua fabricaba las mochilas en 2007. También es justo decir que las últimas mochilas de la competencia francesa están realizadas en el mismo tejido. De todos modos, en el blog de Ian Corless "Talkultra" he visto una FLRaceVest sí fabricada en ese material "top", así que no se sorprendan si la marca americana saca un segundo modelo llamado "ultra", "pro", "evo" o lo que se les ocurra, para vendernos 50gr menos de mochila.

Nota para los fanáticos del peso: 50g son unas 3 ó 4 lonchas de pechuga de pavo, ¿Ok? No os vais a herniar por 50g. En serio. De verdad. De verdad de la buena.

Bolsillos

La RaceVest tiene muchos, de todos los tamaños. En la parte exterior posee un bolsillo en la parte superior, cerrado con cremallera en el que cabe perfectamente un teléfono móvil en posición vertical (el de la foto es un Galaxy S1, el primer modelo, el que vino sin flash ¬¬. He probado meter "de pie" un Galaxy S4 y cabe perfectamente), también cabe una cartera (p.ej. tipo surfera) y alguna que otra cosa más (pañuelos de papel).

Bolsillo superior (Photo: ©DanielQuintanaSantana)

Más abajo y fabricado con redecilla (algunos dicen "mesh", pero como tenemos palabreja en español, pues la uso), encontramos un bolsillo grande y abierto que, a su vez, tiene dos pequeños bolsillos cerrados con cremallera. Con el bolsillo grande debemos fijarnos bien porque no sirve para guardar cosas pequeñas ya que tiene dos aberturas a cada lado. Propongo idea para mejorar la mochila: cerrar esas dos aberturas con unas cremalleras y, así, dispondremos de mayor versatilidad a la hora de guardar allí lo que queramos y semi-cerrar la gran abertura superior con unos velcros, para evitar perder material en caso de caída (sé de lo que hablo, lo aseguro). Tal como viene de fábrica, el bolsillo grande es perfecto para guardar un chubasquero, incluso después de usarlo ya que la redecilla ayudará a su secado, pero considero que la opción de cerramiento le proporcionaría más utilidad.

Bolsillo trasero con aberturas laterales (Photo: ©DanielQuintanaSantana)
Los dos bolsillos pequeños, también fabricados con redecilla, son muy útiles para guardar elementos como la famosa luz roja de la Trans, para guardar una cajita estanca para pirulas de 226ers, algún gel y cosas de tamaño similar ya que no son muy grandes, también cabe muy bien el vaso plegable de Raidlight®. Las cremalleras son fácilmente accesibles con la mochila puesta, aunque es cierto que hay que acostumbrarse a la rotación del hombro para alcanzarlos. Como son pequeños, no hay que tener el brazo en esa posición mucho tiempo (cosa a la que sí obligaba la salmonete)

Bolsillos traseros pequeños (Photo: ©DanielQuintanaSantana)
El leuro no viene incluido ;-)

Antes de pasar a la parte frontal de la mochila (que tiene miga), veamos los bolsillos del interior. En el interior de la mochila encontramos un bolsillo de redecilla con cremallera. En este bolsillo cabe perfectamente una cartera, el móvil, y alguna cosilla más. Bajo este bolsillo, encontramos otro, que no viene cerrado ni con velcro ni con cremallera (A mí aún me quedan por delante unas jornadas de bricolaje-trail cosiendo cremalleras y velcros), que es lo suficientemente grande para albergar un par de frontales, etc., pero tampoco mucho más.
Bolsillo interior superior (Photo: ©DanielQuintanaSantana)
Bolsillo interior inferior (Photo: ©DanielQuintanaSantana)
El compartimento interior sí dispone de un bolsillo para la bolsa de hidratación, pero ojo, para una bolsa de 1L. Si quieres meter una bolsa más grande, la tendrás que dejar colgando en el compartimento principal, aunque, eso sí, la mochila dispone de una cinta ancha de velcro en la parte superior del bolsillo para sujetar la bolsa de hidratación (tipo Hydrapack®, porque las de Quechua® no sirven). El tubo sale al exterior por la parte superior de las cintas de los hombros.  

Ñapa: Si yo utilizara una bolsa Hydrapak® con su funda aislante, como hace Salomon, abriría un agujero en un lateral de la mochila para sacar el tubo por allí y no por la cinta superior.



Bolsillo para bolsa hidratación (Photo: ©DanielQuintanaSantana)
Hablando del compartimento principal de la mochila, les recuerdo lo que indiqué al principio de este post: no hay capa intermedia entre el tejido de redecilla ancha con el que hace contacto la espalda y el interior de la mochila. Si nos mojamos mucho, mojaremos el interior; si llueve y nos ponemos la mochila por fuera del chubasquero, mojaremos el interior; si en un día de calor nos echamos/echan agua por encima, mojaremos el interior (lo que es malo si 10 horas después estaremos a las 2 de la madrugada a más de 2500m de altitud y a 5ºC, sólo de pensar en esa posibilidad, se me baja la tensión). Por tanto, si van a utilizar esta mochila para una carrera larga, es altamente recomendable usar las bolsas plásticas de "cierre zip" hermético para guardar cualquier prenda extra que querríamos tener seca en esa posibilidad. Idem para pilas, documentación, dispositivos electrónicos, etc.

Bolsillos frontales y portabidones

Llegamos a la "Twilight Zone", la zona tenebrosa. Yo llamo esta parte de la mochila, "el anzuelo". Es la zona más salmonete de la The North Face® FL Race Vest. Es una adaptación de la parte frontal de la famosísima XA-Pro15 de la marca francesa. Un peto frontal, cerrado por dos clips, aunque algún titán ya le ha cosido unas cremalleras para que el cierre sea más cómodo (modificación que estoy valorando muy positivamente para la mía), y cuatro bolsillos frontales ¿Cuatro? ¡Sí, cuatro! Los dos tipo Salo, cerrados por un pequeño velcro y en el que caben 4 geles (como referencia, yo uso los de la marca Overstim·s que, además, tienen de varios tamaños: grande como el de cafeína, mediano la gama Liquid y algo más pequeños como el salado). El de cafeína cabe perfectamente en la zona más frontal del bolsillo, la más pequeña. Las barritas caben también perfectamente (tanto las dèlice como las de proteínas y las de magnesio) ¿Y los otros dos bolsillos? Pues justo detrás de éstos. Y son grandes. No tienen cierre de velcro ni cremallera ni nada similar, pero aseguro que cabe una botella (incluso cabría un bidón) de 0,5L. Lo malo es que si metes ahí una botella, limitarías la capacidad del bolsillo frontal y, si metes un bidón, anularías la función del bolsillo frontal. Por otra parte, dispondrías de los portabidones para meter los geles o las barritas, o ambas cosas, así que es la pieza de la mochila que, sin duda, tendrá una mejor acogida entre los trailers ya que permite tener al alcance toda la comida energética.

 Bolsillos frontales (Photo: ©DanielQuintanaSantana)

El punto controvertido es que, en un día de mucho calor, igual agobia un poco, pero con abrirlo se soluciona. (Yo estoy valorando una modificación cremallera-clip que solucione esto. Ya comentaré si lo he conseguido cuando me ponga con ello.)


Los portabidones

Ahora que los mencionamos, personalmente considero que son la única "cagada" de la FL Race Vest. Son MUY pequeños y no me refiero a cortos de profundidad, no, me refiero a que son muy estrechos. Un bidón de los de toda la vida no cabe. No cabe ni siquiera un bidón de la propia marca americana (ver foto) y me toca un pié porque sé perfectamente la razón de esto: The North Face dice que cabe perfectamente un "flask" (una botella flexible, de silicona), es decir, la condenada manía de crearnos una necesidad ya que, si no lo tienes, te lo has de comprar (y sigue sumando cifras a la ecuación para que veas que la mochila va a resultar que no es tan barata: bolsa de hidratación, flask...) "¿Y quién c*ñ* te ha dicho que yo quiero utilizar flask, Mr TNF?" Yo quiero utilizar un bidón de los de toda la vida. Tampoco pido uno Raidlight como los de la Olmo, de acuerdo, pero un bidón de 0,5L tuneado con mangueritas para poder beber sin necesidad de sacarlo, sí. Resultado: pues que hay que tirar o de los condenados flask u optar por una botella de plástico semi-flexible, algo más estrecha y con boquilla cómoda. Yo utilizo las de una conocida marca de bebida energética (esa que, según dicen en su publicidad, te da "Power...") que cabe perfectamente. Problema añadido: ¿Y cómo la sujetamos para que al correr no se salgan? Otra vez toca momento ñapa. Los cierres de los portabidones vienen provistos de unos cordones que no son flexibles, pero que atándoles un trozo de cordón flexible, ya tenemos sujeción para la parte superior de la botella.

Portabidones (Photo: ©DanielQuintanaSantana)

Truqui-ñapa Trail: si se quiere optar por botella con manguerita, las botellas pequeñas de agua, de plástico, de 0,5L caben perfectamente. El asunto manguerita es cuestión de usar tubo de bolsa de hidratación, agujerear la tapa de la botella y modificar la boquilla de goma de un bidón. ¡¡¡Tachán!!!! ¿Vale para un mini-post, verdad? ¡Se dijo! Saco fotos y lo hago.

Los portabidones también tienen unos pequeños bolsillos laterales para guardar una barrita o un gel. Son de redecilla fina muy flexible, pero con pinta de delicada.

Los portabastones

El sistema para sujetar los bastones es sencillo: una tira de cordón elástico abajo en el centro de la mochila, donde insertaremos uno de los extremos de los bastones y otra tira de cordón elástico junto al hombro derecho, para sujetar el otro extremo. Consejo Dani: si usas los bastones Leki de Carbono (que son los que yo uso), con tope de plástico junto a las puntas (como los de esquí, pero más pequeños) utiliza este sistema de sujeción como si fuera un carjac, metiendo primero las empuñaduras por arriba, junto al hombro y sujetándolas abajo. Los bastones no se caerán porque los topes "anti-barro" no pasarán por los cordones superiores. Luego sujeta el cierre superior y ya está. Eso sí, ten cuidado al girar la cabeza, porque tendrás las puntas de tungsteno de los bastones al lado de la cara. Si prefieres sujetar las puntas abajo, sin problema, búscalas con la mano, pasa los bastones hacia la parte superior derecha y sujeta las empuñaduras con el cierre. Sé que da para otro post, así que haré fotos y lo subiré. ;-)

Portabastones (Photo: ©DanielQuintanaSantana)

En resumen

Una muy buena mochila de ultra trail. No es la panacea, para nada, pero con sus 8L de capacidad, multitud de bolsillos y ligereza, dan perfectamente para una Transgrancanaria, un Lavaredo, Transvulcania e, incluso, apurando con el material obligatorio al máximo de su capacidad, vale para un UTMB. Para cosas más serias como una Tor de Geants... uff, igual se queda justo, pero obligaría a invertir dinero en adquirir material ultraligero y ultracompactable. Tranquis, la chaqueta de Gore-Tex cabe en el bolsillo grandote exterior. Yo, para una TDG me pensaría seriamente restaurar la XA-Pro15.

¿Y el asunto modificaciones?

Oye, que la necesidad agudiza el ingenio y esta mochila de The North Face, de la misma manera que te da soluciones, te crea necesidades para dar rienda suelta a tu imaginación. ¿Estaremos asistiendo al nacimiento de una nueva moda: "Trail-Tuning"? ¡¡¡A tunear mochilas se ha dicho!!!

   

jueves, 10 de abril de 2014

The North Face® Lavaredo Ultra Trail 2014, El sueño DoloMítico

Un "tuneado Tre Cime" al postre del Rifugio Lavaredo (Photo: ©DanielQuintanaSantana)


Es cierto que en el momento de escribir este post me encuentro en "dique seco", en reparación, vamos. Pero eso también me proporciona una visión no tan acelerada de mi proyecto para este año. Es verdad también que mi progresión comenzaba a ser la necesaria para llegar a Cortina d'Ampezzo en un punto de forma óptimo para enfrentarme a los Dolomitas con garantías de que me saliera una buena carrera, pero también es verdad que las carreras se empiezan con las piernas y se terminan con la cabeza.

Por una vez no quiero pensar en la hora a la que podría llegar a meta. La salida se da a las 23:00 del viernes 27 de junio y el límite horario son las 6 de la mañana del domingo 29 de junio. Por tanto, tengo 31 horas para regresar a la Plaza de la Iglesia de Cortina, después de dar una vueltecita por la zona.

Le Tre Cime di Lavaredo (Photo: ©DanielQuintanaSantana)

Llevo pensando en esta carrera (en el LUT, sencillamente, no sólo en la edición de este año) desde hace mucho tiempo. Los Dolomitas son, para un aficionado a la montaña, al ciclismo y a la historia, como lo soy yo, un hito que quiero tener en mi "historial correril". De la misma manera que quiero correr por los Pirineos y otras cordilleras míticas. El hombre propone... y la vida dispone.

El recorrido, sobre el papel, no aparenta tan duro como una Transgrancanaria. Sobre el papel. Veamos el mapa y el perfil:
(Fuente: www.ultratrail.it)

A simple vista, según los datos de la web oficial www.ultratrail.it, son 119km con un desnivel positivo acumulado de 5.850m+, lo que puede llegar a engañar a los corredores que hayan corrido la Trans de 2013, que también tenía 119km y 7500m+. No obstante, de esa distancia, he tenido la suerte de haber recorrido con Sarito el tramo que va desde Lago Misurina, Rifugio Auronzo, Rifugio Lavaredo, Forcella Lavaredo, Lago di Landro, Cimabanche, Forc. Lerosa, Malga Ra Stua, Val di Travenanzes, Forc. dei Bos y, desde el refugio di Croda da Lago, el descenso final hasta Cortina d'Ampezzo. Lo que la experiencia sobre el terreno me permite decir es que la carrera será dura. Muy dura. Recuerdo con especial "cariño" la ascensión desde el Lago Misurina hasta el Rifugio Auronzo. Intentaré que me amanezca cerca de Misurina, porque esa ascensión con calor puede ser brutal. 

Lago Misurina (Photo: ©DanielQuintanaSantana)

La ascensión desde Cimabanche hasta la Forcella Lerosa engaña. Mucho. A mí me costó horrores (sí, lo sé, con una mochila de 15kg a la espalda), pero es que en esa jornada de senderismo, Sarito y yo salimos desde el Rifugio Lavaredo, lo que significa que no habíamos subido casi nada, sólo hasta la Forc. Lavaredo, el esto había sido todo bajada y "llano" desde el Lago di Landro hasta Cimabanche. Por cierto, amiguetes bajadores, el descenso desde la Forcella Lavaredo es brutal, pero tengan mucho ojo en los metros posteriores al cruce con el Rifugio Locatelli, porque el sendero tiene miga.

Veamos el valle por el que se desciende:
Sí, eso era mi barriga ¬¬. (Photo: ©DanielQuintanaSantana)
El Valle de Travenanzes (abajo) es un museo "all'aperto" de la Primera Guerra Mundial. Hay un par de pasos complicados por culpa de los derrumbes y, después de este invierno (aún están esquiando por allí) a saber cómo quedarán los senderos. 

Entrando en el Valle de Travenanzes (Photo: ©DanielQuintanaSantana)


El ascenso desde Col Gallina hasta el Rifugio Averau no lo conozco. Nosotros subimos desde el Passo Falzarego hasta el Rif. Averau por el Sentiero 441 (técnico, que lo sepan!) y en la carrera se llega por el 440, entre un bosque. Desde el Rifiguo Averau hasta la Forcella Giau y Forec. Ambrizzola, no tengo ni idea de cómo es, pero el perfil no deja lugar a dudas. El resto sí me lo conozco porque desde la última forcella hasta el refugio Croda da Lago (regentado por el Club Alpino Italiano) se ve todo el camino y desde el Lago di Fèdera (Croda da Lago) hasta meta sí lo conozco: una bajada tremenda, primero por sendero y luego por pistas, para terminar por asfalto. Como remate final, tras cruzar el río, subidita fuerte por dos calles hasta llegar a meta.

Un aviso a navegantes, sobre todo a aquellos que hayan participado, de alguna manera, en el UTMB®: Cortina d'Ampezzo no es Chamonix. No hay ambiente montañero como el de allí. Cortina d'Ampezzo es una localidad... "pija". Como muestra, un botón: aquí os presento un taxi de Cortina (y sí, es lo que parece):
Sí, es un Subaru Impreza WRX STI y sí, es un taxi (Photo: ©DanielQuintanaSantana)
Así que, ojito con el dinero, porque en un menú te pueden pulir el bolsillo. Ah, lean BIEN los menús, porque allí se paga el cubierto y, en algún restaurante, sólo por sentarte, te pueden cobrar 6€ por cabeza.

Pero los paisajes lo valen. Aquí les dejo con un vídeo de la carrera (Edición 2013, que tuvieron que recortar por inclemencias meteorológicas: mucha nieve en varios tramos):

miércoles, 9 de abril de 2014

Ultras, avituallamientos y estrategias de cabra loca

Como dice la canción, "mi rollo es el rock". Nos gusta correr y, a algunos, en esto de correr, más que el rock nos va el Metal (pronunciado /métal/). Te molará el asfalto o la montaña, pero cuando se trata de darle zapatilla a una distancia de tres cifras... te conviertes oficialmente en una "cabra loca".


En esto de los ultras, cuando se llega a las distancias de más de 100km hay que plantearse que uno va a estar varias horas pateando el monte. Por ello, una de las cosas más importantes que hay que hacer es la "preparación" del recorrido y adaptar la alimentación al perfil. Además, en muchos de estos ultras existe la posibilidad de disponer de una bolsa con material en un determinado punto de la carrera, lo llamaremos "avituallamiento central" (A.C.). En el caso de la Transgrancanaria, es el popular "Garañón".
La organización nos suele proporcionar una bolsa (en UTMB® es de plástico, exactamente igual que la que proporcionan en la Transgrancanaria) con unas medidas que suelen rondar los 50cm de altura por 40cm de ancho, aproximadamente. Esto permite dejar antes de la salida, dentro de esa bolsa, los enseres, comida, sales, ropa, etc., que pudieras necesitar a "mitad" de carrera y que no querrías echar de menos. Lo de "mitad" lo he puesto entre comillas porque varía de una carrera a otras.

Conocer de antemano el recorrido de la prueba es esencial, tanto si te pasas horas delante del ordenador mirando el recorrido en Google Earth, como valorando el perfil de la prueba. Las personas que me conocen, dicen que yo terminé el UTMB de 2011 en menos de 40 horas, con toda la dificultad que tuvimos por condiciones meteorológicas que incluso obligaron a la organización a cambiar el recorrido, porque me había pasado meses mirando el recorrido en Google Earth, investigando perfiles en blogs y webs, leyendo blogs como el del venezolano Jesús Hulett, buscar vídeos en Youtube entre los que encontré los de Sebastien Chaigneau "Get Ready For" en los que dividía la carrera entera en 4 etapas, etc, etc, etc.
Tuve la inmensa suerte de poder desplazarme a Chamonix dos semanas antes de la carrera y recorrer la ruta entera en 8 días, mochilón de 12kg a la espalda, con Sarito. Eso, que es ya la panacea (reconocer el recorrido in situ), me permitió saber de antemano qué venía por delante y adelantarme a la comida, hidratación, abrigo, etc.

El tema de los avituallamientos centrales de una carrera tiene tela porque no necesitarás lo mismo al principio, que en medio, que al final.

Aquí voy a comparar tres "A.C." de pruebas tres grandes del Ultra Trail World Tour en Europa: La Transgrancanaria (TGC), el Ultra Trail du Mont Blanc (UTMB) y el Lavaredo Ultra Trail (LUT). Las he enumerado en este orden por una razón: La "Trans" la he terminado en 6 ocasiones, el UTMB en dos y el LUT la cataré por primera vez este año. ¿Y por qué estas tres? Por tres razones: 1) Los A.C. de las tres están en un punto de la carrera totalmente diferente a los otros dos; 2) ¿Por qué no? y 3) Éste es mi blog y escribo de lo que quiero. ;-D

Empecemos por los perfiles (he marcado en rojo la localización del A.C. de cada uno)

Echando una mirada a los tres perfiles nos daremos cuenta de que la localización del AC no coincide en ninguna de las tres pruebas. 

Transgrancanaria

En la TGC, el Avituallamiento Central está casi al final, a unos 43km de meta, después de 82 Km de carrera, por lo que tendremos que salir cargados (a menos que dispondamos de un equipo de apoyo -y esto vale para las tres carreras) y guardar en la bolsa del AC lo necesario para afrontar los últimos kilómetros de carrera, "casi" sin desnivel positivo y donde necesitaremos pensar más en correr y descender. Podríamos incluso (quien se lo pueda permitir, aunque se recomienda siempre) guardar unas zapatillas para distancias cortas, que nos permitan "volar" por las pistas de tierra. 
Ultra Trail du Mont Blanc

El UTMB, "La Carrera", la referencia del ultra trail, es otro mundo. Esta carrera tiene 168km, pero no olviden que se disputa en los Alpes, alrededor del Mont Blanc, y que pasa 7 veces por encima de los 2000m de altitud, de los que 4 se hacen por encima de los 2500msnm. Eso puede dar lugar a situaciones como las de 2011 en las que nos desviaron desde Champex Lac a Martigny alargando la carrera hasta los 180km (aunque oficialmente fueron 170km, los GPS de Seb, Kilian e Iker daban alrededor de los 179, 178, 180 y otros GPS que llegaron vivos al final que contaban historias parecidas). Como vemos, el AC lo realizan en Italia, en la localidad de Courmayeur, en el Punto Kilométrico (PK) 77, con lo que nos quedan aún 91km por delante. Se puede decir que en Courmayeur deberíamos tener en la bolsa algo similar a lo que ya cargamos en la salida. La diferencia de distancia a meta no es muy grande con respecto al primer segmento de carrera.

Lavaredo Ultra Trail
El LUT. Bueno, el Lavaredo Ultra Trail es una incógnita para mí. Aún no la he disputado, aunque sí he recorrido, mochilón a la espalda, el tramo que va desde Lago Misurina hasta la Forcella dei Bos, al final del Val de Travenanzes, así como la parte final desde el refugio de Croda da Lago hasta Cortina d'Ampezzo. El caso del LUT es que para una carrera de 120km, tener el AC en el PK 48 (aprox.) supone que en la bolsa de Auronzo habrá que dejar mucho material (comida, sales, etc) y salir ligeritos. Es como correr la Trans al revés.

De ahí que sea tan importante revisar perfiles, tracks, archivos KML, KMZ, etc y ver vídeos de ediciones anteriores, etc. En cuanto a los vídeos, un consejo: no busquen sólo los de los pros, de hecho, casi es mejor ver los de los finishers desconocidos porque graban más minutos y te permiten ver más recorrido y dificultades. No es lo mismo ver correr cuesta arriba a Csaba Nèmeth que ver a un corredor como nosotros arrastrarse por la misma cuesta porque resulta ser un rampón de cuidado y, claro, llegamos allí con el ego subido y nos damos de bruces con la pared.

Ahora sólo falta entrenar para poder hacer frente a los imprevistos, hacerse el planning de alimentación basándonos en el perfil y kilometraje (y la propia experiencia) y basándonos en el perfil, procurar buscar en nuestra zona de entrenos, recorridos que se asemejen a algunas de las partes de esa carrera que no podremos entrenar in situ. Ahroa que lo miro... la forcella Giau se parece mucho al cortafuegos del Pico de Las Nieves...mola.

The North Face® Transgrancanaria® 2014 (Mis errores de veterano 2ª edición)

Se dice que el ser humano es el único que tropieza dos veces sobre la misma piedra... y además sabiendo que es la misma piedra.

No aprendo

Previamente a la carrera había entrenado como nunca antes lo había hecho. A mi cuerpo le he metido volumen para dar y regalar. Me sabía hasta el nombre de cada pinocha (pinaza) del condenado cortafuegos del Pico de Las Nieves. He subido Tamadaba no sé ni cuantas veces. A mis piernas ahora les gusta incluso correr cuesta arriba, debe de ser por la costumbre. Me quité cerca de 7kg para llegar lo más fino posible a la salida. En Navidades y fin de año tuve que cerrar el pico para no coger peso antes del maratón de Gran Canaria y así poder continuar la progresión de entrenamientos. He sacrificado infinidad de horas para poder entrenar, he dejado la Escuela Oficial de Idiomas (es tut mir leid, Schatz!)... vamos que para este año me lo había tomado MUY EN SERIO. Gracias a la ayuda de Juan Carlos, de Canary Sport y su asesoramiento con los productos Overstim·s, gracias a Sergio Soliño con quien he tenido el gusto de entrenar cientos de horas bajo todas las condiciones climáticas posibles en esta isla nuestra de Gran Canaria y gracias a Sarito, que ha tenido que ver cómo dejaba de lado mi formación en lengua alemana para irme a trotar al monte como un cabra loca, gracias a todas esas personas, este año iba preparado de verdad para hacer una Trans con buena letra.
Y todo para terminar cagándola dos horas antes de la salida, vistiéndome.
Yo conozco mi fisionomía y sé que tengo los muslos anchos. Esto me limita a la hora de decidir qué ropa he de ponerme para una carrera larga. Yo había entrenado los shorts GTD de The North Face hasta una distancia de unos 50km y todo había ido la mar de bien. Sin embargo, la carrera me tenía preparada una buena jugarreta. Pero empecemos la casa por los cimientos.

La salida

La salida de la Transgrancanaria es especial, ya sea como cuando se hacía por la Playa del Inglés-Maspalomas como ahora que se hace desde Agaete. En el pueblo norteño el ambiente es, si cabe, más especial aún. Parece el Alpe d'Huez, lleno de gente que te anima durante los primeros 300m de carrera por asfalto hasta que comienzas la ascensión hacia Tamadaba. Yo me había hecho un planning de llegar a las Casas Forestales del pinar a las 02:00 y terminé llegando allí con 10' de adelanto. Hasta aquí, bien, pero empezaron las molestias en el talón derecho, provocadas por un "taping" mal realizado (y aquí les doy un fuerte tirón de orejas a los de Decathlon, que han reducido la cantidad de adhesivo en el esparadrapo "tape" blanco hasta el punto de que, de casi no poder uno quitárselo, hemos pasado ahora a que no pega y, claro, se mueve y, claro, se enrolla y, claro, es una mierdaca). Pasé varios minutos a un lado de la pista de tierra intentando arreglar aquello. Valoré incluso quitarme el taping, pero decidí continuar porque suele dejar de doler al cabo de unas horas. Retomé el camino y me tiré cuesta abajo hacia Faneque y Tirma.

En el descenso de Tirma me encontré con Guillermo (Nortetrek) y Eva Pérez, con quienes continué en dirección al caserío. Como Guillermo es guía de montaña y conoce esa zona como la palma de su mano, él marcó el ritmo y todo el multicultural grupo le seguimos. Poco antes de llegar a Tirma saqué los bastones de la mochila y, al llegar al avituallamiento se estaba acabando el agua (que llegó en cuestión de 5 minutos, algo normal cuando para llegar a un punto de avituallamiento tienes que conducir por una pista de tierra). Se oyó algún comentario chorra como "Yo no he pagado tantos euros para que no haya agua..." y tal, pero yo, que vi cómo se acababa el bidón de agua y cómo llegaba en un furgón al cabo de unos 5 minutos doy fe de que pasó muy poco tiempo, así que déjense de chorradas. ¿Somos trail-runners o qué es esto?

En la pista de Tirma me gocé mi sandwich de crema de cacahuete, que me puso las pilas enseguida ¡Cosa rica, oiga! Hidratos, proteína, sodio... perfecto y comencé el ascenso hacia Altavista, tócate las narices. ¡¡¡Son sólo 2km, pero es una condenada pared!!!

El sendero entre Altavista y la carretera Tamadaba-Artenara resultó ser divertidísimo: un sube y baja de toboganes muy suaves, por sendero muy cómodo, entre pinos, que daba ganas de correr. Y eso hice. Allí recuperé algo de tiempo. En la carretera me encontré con que la organización había mandado un avituallamiento sorpresa de agua que nos vino muy bien y del que seguro nadie va a hablar (mucho criticar, pero cuando te ponen una ayuda no programada nadie dice nada, ¿No? ¬¬).

La subida del Brezo no se me hizo dura y mirando el reloj pude comprobar que mi plan de llegar a Artenara a las 6am ya era algo más que una utopía. Llegué a las 07:00. En el avituallamiento me reencontré con Guillermo y Eva y también vi a Juan Miguel y Wladi. Con ellos salí de Artenara, ya con el frontal apagado en dirección Juncalillo y Fontanales. La idea inicial de llegar a Fontanales antes de la salida de la Trans Advanced (8:00) era algo casi imposible de realizar.

El sendero hacia Juncalillo, es muy corrible y me dí un gustazo soltando patas y mirando los colores del cielo en el amanecer, hasta que sonó el despertador en forma de piedra y mis rodillas se fueron al suelo. a la mierda mi intento de acabar 4 carreras sin caerme. De momento van sólo 3. Procuré seguir corriendo ya que las piernas me lo permitían y así se fueron calentando. El dolor de la caída desapareció y sólo me preocupé de trotar y no quemarme en las subidas. La carrera empieza de verdad en Teror.

El camino entre Juncalillo y Fontanales fue un gustazo, bajadas divertidas, zonas rápidas, subidas cómodas para caminar y buena compañía. Lo mismo que ente Fontanales, Valsendero y Teror. La anécdota de la carrera: Llegando a Valleseco, a la salida de una curva, justo donde acaba un sendero estrecho y llegas a una pista de cemento, dos tipos nos paran para pedirnos... (prepárate) ¡Un autógrafo! Pero oye, a todos, eh? ¡¡¡Nunca me habían pedido un autógrafo!!! Y el tipo va y nos espeta "Buah! Tenías que haber visto como pasaron por aquí los primeros!!! ¡¡¡Sobre todo el Metallica (Timmy Olson)!!! Ños, ese cogió la curva esta y se marcó un punteo!!! JAAAAAAAJAJAJAJAJAJAJAJAAAAA XDDDDDDD #EpicLOL, momentazo de la carrera. ¡Chacho! Si hasta me quitó las fuerzas para seguir corriendo. "Se marcó un punteo", dice!!! Épico.

Dejado atrás al colega de los punteos y a su Tropi (todo sea dicho), continuamos nuestro camino hacia Teror, donde llegamos a las 11 de la mañana. Me digo "¡¡¡Bien, sólo una hora por detrás de mi plan!!!", pero ya me empiezo a encontrar algo bajo de energías. Me avituallo con Juanmi y Wladi, cargo Hydrixir y comenzamos el ascenso hacia el Talayón. Comienza a hacer calor.

Talayón y el error de cálculo

La ascensión al Talayón es dura, divisible en varias partes diferenciadas. El inicio es por unas escaleras entre casas, a las afueras de Teror, que te llevarán hasta la Carretera GC-41 que conecta esta localidad con la Vega de San Mateo. Después de caminar cuesta arriba unos 200 metros por la carretera, cruzamos y nos adentramos por otras escaleras que serpentean entre dos casas y que se convierten en un sendero entre eucaliptos. La pendiente crece mucho y en poco tiempo ya hemos aumentado la altitud. El sendero es precioso y muy visual ya que discurre a lo largo de un lomo, cresteando , lo que nos permite ver ambos barrancos, toda la Villa de Teror a un lado y el barranco de La Agujereada por el otro. La Agujereada es una gran roca con un arco a través del cual pasa un sendero, pero ese no es nuestro camino, debemos ascender en dirección a la Cruz de la Hoya Alta (sí, esa que se ilumina en las Fiestas del Pino). A partir de aquí, la ascensión se vuelve una repetición de rampones y llanos, rampones y llanos. En la Cruz de la Hoya Alta, un magnífico mirador de Teror y los alrededores, noto un bajón de tensión y me tengo que parar. Les digo a Juanmi y a Wladi que sigan su camino, no quiero retrasarles ni un minuto. Me adelanta un pequeño grupo de corredores, me pongo en pie y decido continuar el camino despacio para ir recuperándome a medida que avanzo metros hacia la meta.
Sin darme cuenta, el sudor de los 58km que ya llevábamos en las piernas se había ido acartonando en el short y me había empezando a rozar el interior de mis muslos, que no son precisamente de maratoniano. Si bien mi rendimiento se recuperó y el cansancio se redujo mucho por haberme metido un par de geles salados (aprovecho para decirle a los responsables de Overstim·s que al gel salado de cacahuete le podrían poner un puntito más de sal, como si fuera crema de cacahuete y lo bordarían), el simple hecho de caminar se convirtió progresivamente en un esfuerzo titánico por no abandonar. Y todo porque mover una pierna por delante de la otra me producía una quemazón brutal. Poco a poco, el roce del short ya me había dejado totalmente "sollado". A la altura del avituallamiento del Talayón ya no podía caminar bien, tenía que hacerlo "como los niños cagones", abriendo las piernas para evitar el roce, pero ni con esas, oye. Probé de todo, me puse vaselina (a manos llenas) tres veces, caminé con los muslos pegados, como un pingüino, con los muslos separados, nada. Había entrenado llevar sólo el short (sin FourQuad de Compressport -ya hablaré del tema en otra entrada, ahora no es momento) y como no había tenido problemas, pues me confié. Error. Los había entrenado en distancias de hasta 50km y, ya en el Talayón, te ves en el PK64 y el short se convierte en un papel de lija. Me eché agua por encima para disolver un poco la sal del sudor, volví a ponerme vaselina en las rozaduras, pero nada, la sensación (y no exagero) era como ponerme una plancha en los muslos. Si mi paso tras la Cruz de la Hoya Alta se había ralentizado, a partir del Talayón fue un infierno. Llegué a la Cruz de Tejeda como pude y me encaminé a uno de mis descensos favoritos, con la impotencia de no ser capaz de correr. 

Laguna mental

La bajada desde la Cruz de Tejeda (realmente, Degollada de Constantino, lo de la cruz es porque hay allí una cruz de piedra "mu bonita") hacia Tejeda por la finca de La Isa es una de mis bajadas favoritas. Normalmente, en entrenamientos, tardo unos 25 minutos en llegar a las primeras casas de Tejeda. Sé que en una carrera corta puedo tardar unos 20 minutos y que en un ultra, como es nuestro caso, tardaría más o menos lo mismo que en entrenos: 25 ó 27 minutos. La Transgrancanaria 2014 pasará a la historia de mi memoria como el día en el que tardé 1h16' en llegar a Tejeda desde la Cruz homónima. Ni haciendo senderismo había tardado tanto. Me arrastré cuesta abajo. Sufrí mucho. Lo único que me alegró el camino fue encontrar en la finca de La Isa a mis amigos Heidi y Floren. 

Recuerdo llegar a Tejeda, en medio de un calor abrasador y sentarme en el avituallamiento para volver a ponerme vaselina y mojarme un poco con agua la zona lastimada. Allí, en el PK71 pensé incluso en retirarme, pero claro, miré hacia arriba, vi el Roque Nublo sabiendo que la distancia no es demasiado grande y que después del Roque Nublo llega Garañón, donde me esperan mis lycras cortas. Me avituallé bien, volví a cargar hydrixir y me encaminé hacia el barrio de La Culata. 

A partir de este punto, entro en una especie de nebulosa mental. Me concentré en poner un pie delante del otro hasta llegar al Roque Nublo. Tanto me concentré que no recuerdo cómo llegué, sólo que tardé una eternidad en llegar. Quienes me devolvieron a la realidad fueron mis amigos de Neophron, Vicente, Mila, Ingrid y Max, quienes se encontraban en medio de una caminata del grupo de senderismo avanzado en dirección La Aldea de San Nicolás. ¡¡Qué tiempos!! 

Llegar al tablón del Roque Nublo y pasar el control de chips junto a "La Rana" fue un revulsivo. Para entonces, las rozaduras se habían empezado a cauterizar ellas solas y mi paso era algo más fluido. Bajé realmente despacio otra de mis bajadas favoritas, la que va desde la Degollada "de Emma Roca" (¿A que sabes a cuál me refiero?) hasta la base del sendero, junto al parking. Ahí comienza a la izquierda otro sendero que te lleva bordeando la carretera hasta el pequeño aparcamiento de la Presa de los Hornos. Poco después, ya con un paso algo más ligero, llegué al Campamento del Garañón, PK82 y fui directo a buscar mi bolsa, donde sabía que estaban mis lycras cortas.

Pude avituallarme, reponer mi bote de hydrixir, coger mi segundo sandwich de crema de cacahuete, mis geles, barritas, etc. Pedí permiso para salir de "La Catedral", que es como llamamos al aula grande que hay en el Garañón, para cambiarme y ponerme las lycras. Cuando uno está rozado en la parte interna de los muslos, junto a las ingles, y se pone unas lycras, la sensación es indescriptible, "mano de santo". Me volví a poner los shorts por encima de las lycras y me sentía como un hombre nuevo.

Como por ese entonces ya me dolían las plantas de los pies de tanto cambio de desnivel y de tanta zona técnica, decidí no cambiarme de medias de compresión, sino quitarme las medias, limpiar la planta de los pies, aplicar un poco de IcePower, quitarle a las medias toda la tierra que tenían, ponerme las medias limpias de la bolsa y, sobre éstas, las que ya traía desde la salida, con lo que se mejoraba algo la amortiguación.
Puse pilas nuevas al LedLenser, guardé mi material en la bolsa, cogí algo de queso del avituallamiento y me encaminé a la salida. Caminar ya no era un sufrimiento y me empecé a encontrar anímicamente muy, muy bien.

El resurgir

Al salir del Garañón ya sabía que en pocos minutos se pondría el sol y caería la noche. También sabía que mi proyecto de llegar en 22h era del todo imposible y que, como mucho, podría llegar a meta a las 4 de la madrugada, teniendo en cuenta la cantidad de horas que había invertido desde El Talayón hasta el Garañón. De hecho, en entrenamientos, sin ir "a cuchillo" había tardado 2h30' en llegar desde la Cruz de Tejeda hasta el Roque Nublo y, el día de la carrera, creo que tardé unas 6h aproximadamente. 

Comencé el ascenso por el cortafuegos del Pico de Las Nieves con ánimo y energía, tomándome un gel antioxidante y un Coup de Fuet, que me mantendría atento algo más adelante en el descenso por La Plata. Llegué al Pico de Las Nieves con muchas energías y me tiré al descenso, comprobando que ya no me dolían nada las rozaduras, ni las sentía y las platas de los pies no notaban las piedras del camino. Encendí el frontal porque ya era necesario y empecé a adelantar a otros corredores. Durante el descenso me encontraba cada vez mejor, podía correr, había una sonrisa en mi cara, notaba el fresco de la noche y la maravillosa sensación de libertad que te da el correr en medio de un bosque, con un sendero sin dificultad, que además conoces por haberlo entrenado miles de veces, y al ver que las luces rojas -que llevamos los corredores de la Transgrancanaria en la parte trasera- de los que iban por delante de mí se acercaban cada vez más. Por fin había superado el mal momento de Tejeda. Me daba rabia el haber invertido seis horas en recorrer una distancia que sabía que podía haber cubierto en 3 y eso me impulsaba a correr sin parar por el sendero hacia los Altos de Pargana. En medio del descenso por el Paso de la Plata me encontré con Kristina Tille, pareja de Andreas, una de las alemanas del grupo de cuatro que vienen a la Trans como parte de sus vacaciones desde hace cuatro años. Es una titana, muy fuerte, al llegar hasta ella le pregunté que qué tal iba y su respuesta fue como una losa "Sccchleeecht". Lo dijo despacio, con una cara que daba verdadera lástima. Se notaba en su rostro que lo único que quería era que se acabara ya ese suplicio. Y aún le quedaban más de 30km por delante.

Sangre y reencuentro

Llegué a la Cruz Grande sin dejar de adelantar corredores y comencé a bajar en dirección a Tunte por el Camino de Santiago de Gran Canaria. Cogí el teléfono móvil para avisar a Sarito de que aún tardaría bastante en llegar a meta y que fuera pensando en las 3am ó 4am como mi hora de llegada, pero que paradójicamente, me encontraba mucho mejor y que estaba adelantando corredores. Mientras hablaba por teléfono con ella, veo en el camino una gota de sangre, a los dos metros, otra y así, sucesivamente. Alguien debía de haberse dado una soberana galleta. Continué mi rápido descenso y llegué a Tunte con algo de energía, aunque también notaba que había gastado mucha azúcar por la velocidad. En el avituallamiento, sorpresón agradable, Guillermo y Eva, a quienes no veía desde que yo llegué a Garañón y ellos salían rumbo al Pico. Comí algo, bebí dos vasos de cola y decidimos continuar el camino hacia la Degollada de la Manzanilla juntos. En la salida del avituallamiento, otra sorpresa, María Barrera, nuestra amiga de senderismo y casi incondicional de los avituallamientos de la Trans, me dio un fuerte abrazo a la salida del de Tunte y recuerdos para Sarito. Grande, María, grande!!!! Con Guillermo y Eva había otra corredora, cuando me dí cuenta, otro sorpresón, Ulla Kaufmann, la pareja de Rolf, también del grupo de alemanes, a quien no había visto en la salida de Agaete. En ese momento, caí en la cuenta -al ver su dorsal- de que ella participaba en la prueba Advanced, de 82km. Estaba empezando a alcanzar a corredores de la segunda larga. Le dije que había visto a Kristina y que iba mal. A la postre, llegarían juntas a meta.

Saqué mi sandwich de crema de cacahuete y sólo le pude dar un par de mordiscos. En la ascensión hacia la Manzanilla comencé a pagar el cansancio y el descenso a Tunte, me sentía mareado y tuve un bajón muy gordo, todo el sendero se movió a mi alrededor. Eva me ofreció gominolas -pastillas de goma- y eso me subió el azúcar. Intenté darle otro mordisco al sandwich, pero era imposible, mi cuerpo se había cansado de crema de cacahuete (para el año 2015 el segundo sandwich tendrá dulce de leche y Nocilla® -nada de nutella, ¡¡Nocilla!!, que es producto nacional) y necesitaba cosas dulces. Me tomé la segunda mitad del gel Antioxidante y continué el ascenso. Al llegar a la Manzanilla, aproveché la parada para descansar un poco. Ya habíamos llegado al punto elevado del "descenso" (¡Bienvenido a la Trans!) y mi cuerpo aún estaba subiendo. A esas alturas de la carrera, ya estaba agotado. Muchas horas pateando y muchas más despierto. Con renovadas fuerzas, continuamos el ascenso y, al llegar por la pista de tierra a un punto donde comenzaba a picar hacia abajo, comencé a trotar, alentado además porque desde allí se veía Maspalomas, se veía el Faro, la recta del cauce del Barranco de Tirajana, se veía ¡¡La Meta!! Ufff, me eché a correr, corrí por la pista de tierra todo lo que pude en el descenso, miraba al cielo y veía las estrellas y, en un momento, pasó cruzando el negro fondo estelar una estrella fugaz de color amarillo que se perdió en la noche tras las siluetas de los pinos. En el descenso, me saludan, pero por el frontal no reconozco la cara y me dice "Dani, soy Tere" ¡Tere! Compi del C.D. Arista, andaba a buen ritmo pensando sólo en la ansiada meta de la Trans. La animé, me despedí de ella y seguí corriendo en persecución de las lucecitas rojas que tenía por delante. Tras una segunda ascensión hacia el Lomo de Garito, me enganché a un grupo que se encaminaba a la degollada del mismo nombre. El primero del grupo, un alemán muy alto, comenzó a bajar despacio, con dificultad, evidentemente los kilómetros no pasan en balde y el germano ya empezaba a crear un tapón y a retrasar a los que veníamos con mayor velocidad. En una de las curvas del vertiginoso descenso (suerte que lo hicimos de noche, porque de día se ven perfectamente los "patios" a los que te puedes caer si resbalas o tropiezas donde no debes), el alemán se hizo a un lado y aproveché para adelantarlo. Oí detrás de mí cómo otros dos tipos me siguieron los pasos en uno de los descensos más duros y descarnados del UTWT. Poco antes de llegar a Arteara me reencontré con José María Izquierdo y entramos juntos al avituallamiento de Arteara, a 30km de meta.

It's a Long Road

Conozco a Jose María desde hace muchos años, incluso del trabajo. Lo he visto en muchas carreras y sé que no es lento. Camina a muy buen ritmo y tiene un final muy fuerte. Sabía que si no me despegaba de él, podría llegar a meta antes de las 4am. Nos avituallamos y emprendimos el camino hacia las interminables pistas de tierra del Barranco de Tirajana. ¡¡Caray, cómo caminas, Jose!! Claro, con algo más de 1'80cm de estatura, la zancada de Jose María me obligaba a imprimir un ritmo fuerte y a bastonear con ganas para no perder comba. La ruta por las pistas de tierra fue un recital suyo recogiendo cadáveres. En las cuestas abajo trotábamos adelantando a los que sólo podían caminar. Así, con un ritmo fuerte para las horas que llevábamos dándole a la zapatilla, llegamos al avituallamiento de La Machacadora, a sabiendas de que sólo faltaban 8km para llegar a meta. Casi no paramos, yo bebí dos vasos de cola -que ya me empezaba a dar arcadas- y cogí dos buenos puñados de frutos secos para recuperar sales y no decaer. Es muy chungo cuando una bebida te produce aquello que se supone que impide. Sabía lo que iba a ocurrir al llegar a meta. Lo que no quería era que sucediera EN la meta. Da una imagen muy mala.

Poco después de la Machacadora, entramos en el largo, largísimo, eterno cauce del Tirajana. Cuando en las Trans de hace más de dos años empezábamos por ese cauce, no nos dábamos cuenta de lo largo que era ni de lo incómodo que resulta correr por su irregular superficie. Cuando llevas 120km en las piernas, es un infierno. De todos modos, procuramos pasar de la mejor manera por debajo de los nueve puentes que lo cruzan, sabiendo que, con paciencia, llegaríamos a la escalera que nos conduciría al paseo. Cuando por fin llegamos a ese punto, subir siete escalones no fue nada fácil. Llegamos al paseo y nos echamos a trotar para perder el menor tiempo posible.

Terminamos el paseo y ya sabíamos que la meta estaba delante de nosotros, aunque aún no la viéramos, llegamos a la altura de la Charca de Maspalomas y me encuentro con Estrella, entrenadora y corredora del Club Arista que me felicitó y me animó. Entramos en la zona de arena, rodeamos el Faro de Maspalomas, echamos de menos el sonido de música de meta y la voz del speaker, y encaramos la línea de meta. Le digo a José María que pase delante de mí, porque ha sido él el que ha venido marcando el ritmo desde Arteara. Pasamos sobre la última alfombra de chips y entramos en meta de la mano.


META!!!!! Por fin!!! Por fin, meta!!!! 27h26'17", son casi las 3:30am y estoy muy feliz porque sé que he entrenado mucho y bien, sé que la minutada ha sido por culpa de un "experimento" con el short y sé que mi plan de alimentación en la carrera estaba bien ideado. También sé que, de no haber tenido problemas de rozaduras, podría haber llegado a meta en 23h o menos, que era mi plan.


Otra Transgrancanaria más y ya van 4 largas (2010, 2011, 2013 y 2014) y 2 Sur-Norte (2009 y 2012)




Aprendizaje clave para Lavaredo Ultra Trail®: Salir con lycras desde el km 0, sandwich salado al principio y sandwich dulce al final. Gominolas para los últimos kilómetros y llegar con piernas a la parte final. Ah, y parar poco en los avituallamientos.






¿Que cuál era mi plan de alimentación?
Ea, aquí va:
 P.d.: Ah, al final no llegué a vomitar nada. Estómago to-tal-men-te vacío.